El tratamiento más buscado para reducir la celulitis
La mesoterapia consiste en la administración repetida de bajas dosis de medicamentos homeopáticos mediante microinyecciones a nivel intradérmico superficial donde permanece largo tiempo actuando en la zona donde se ha depositado y sin pasar a la circulación general.
La mesoterapia ayuda a combatir la celulitis, flacidez y grasa localizada ya que facilita la liberación y combustión de la grasa localizada, así como la oxigenación de la piel. Esta técnica también se utiliza a nivel facial para hidratar, nutrir y reafirmar la piel.
¿Cuándo se realiza este tratamiento?
ATENCIÓN: Este tratamiento se realiza solo desde septiembre hasta junio, por lo que las últimas citas informativas se podrán dar hasta mayo.
SESIONES NECESARIAS
El número de sesiones necesarias para obtener unos buenos resultados varía con cada paciente, pero normalmente se aconseja como mínimo de 10 sesiones.
RECOMENDACIONES
Es muy beneficioso combinar la mesoterapia con otros tratamientos corporales ya que conseguiremos potenciar sus resultados, no obstante, será nuestro equipo médico quien te aconsejará el o los tratamientos con los que obtendrás los mejores resultados.
¿Cuáles son los orígenes de la Mesoterapia? En 1982 en París se constituyó la Sociedad Internacional de Mesoterapia la cual cuenta en la actualidad con representantes de 16 países de Europa y Sudamérica. Los orígenes de la mesoterapia se remontan a 1952, cuando el Dr. Pistor atendió en su consulta del pueblecito francés de Bray Lu al zapatero del pueblo el Sr. Parrè, aquejado de una crisis asmática, el joven doctor le inyectó por vía intravenosa procaína. Para sorpresa de ambos al día siguiente el zapatero había vuelto a escuchar las campanadas de su carillón, cosa que no ocurría desde hacía más de 40 años, puesto que estaba totalmente sordo. Desgraciadamente ese feliz efecto secundario de su crisis asmática duró muy poco y a los pocos días el zapatero del pueblo volvió al silencio al que estaba tan acostumbrado. Fue entonces cuando el Dr. Pistor inyectó el producto directamente en la capa subdérmica de la piel cercana al pabellón auditivo y observó como los efectos sobre su pacientes eran más duraderos que en el primer intento.